16 agosto 2011

Volviendo a recordar Hidroaysén...


El ser humano impacta en la naturaleza. Cada huella que deja tras de si en su caminata de la evolución ha significado un impacto en aquello que es natural. Seguramente la mayoría de nosotros no se cataloga de ecólogo profundo, pensando que todo lo que hacemos está mal porque daña al medio natural. Pero cual es el rango admisible que tenemos para intervenir nuestro entorno?. Cuanta naturaleza queremos sacrificar con tal de seguir en nuestro tren del desarrollo?. Para mi personalmente, un impacto medioambiental es siempre transversal. El hecho de construir una torre eólica no solo impacta sobre el suelo, perdiendo metros cuadrados productivos o de conservación. Sus aspas no solo interfieren con el ruido natural del viento y el cantar de los pájaros. El hecho de instalar esa torre significa que cada trozo de terreno desde el que se pueda ver aquella obra humana pierde el nombre de virgen. Hace un tiempo leí en un libro, en una casa perdida en el más precioso paisaje de la Patagonia, una frase que me dejó pensando:

Las tierras pertenecen a sus dueños, pero el paisaje es de quien sabe apreciarlo”
Upton Sinclair

Pero que sucede con el que vende sus tierras para que construyan una enorme central hidroeléctrica que inundará un hermoso valle en la Patagonia?. Pero que sucede con el que autoriza el paso de la línea de alta tensión por sus tierras?. Sin duda es una puñalada para el paisaje virgen de vastas zonas de la Patagonia. Sin duda que el impacto es enorme en términos de perder millones de hectáreas indómitas, vírgenes, espectaculares. Pero vuelve a surgir la duda, cuanto queremos sacrificar con tal de seguir progresando?. No vivimos en chozas pequeñas, no tenemos que mojarnos para trasladarnos cuando llueve, no tenemos que conversar con el vecino para formar una cadena para informarnos. La información fluye instantánea por el mundo gracias al desarrollo. Vivimos en la comodidad de nuestros hogares gracias al desarrollo. Podemos escuchar esa canción que tanto nos gusta gracias al desarrollo. Entonces, que queremos sacrificar para poder seguir viviendo así?.  

1 comentario:

Patrick dijo...

Siempre un placer leerte Tobaibas.

Es interesante lo que dice Upton Sinclair sobre la propiedad del terreno y del paisaje. Pero... si bien tenemos autoridad sobre la tierra, no creo que realmente nos pertenezca. La idea de que podemos hacer lo que queramos con "lo nuestro" no me gusta, sino que siempre debemos pensar en nuestra responsabilidad para con el ambiente y la creación de Dios y para con la sociedad.... complementando tus interrogantes: ¿cuál es el equilibrio entre la responsabilidad hacia el ambiente, tal como fue creado, y la responsabilidad hacia la sociedad, dentro de las necesidades que surgen del crecimiento y desarrollo?

Muchos saludos desde Alemania!! Aquí todo es muy verde!! jejej
Felicitaciones por tu cumpleaños!! que lo pases muy bien.

Saludos al Fabian y familia.