Ese mismo día viernes había llegado desde el sur junto a mi hermano y su polola. Había estado varias semanas incomunicado, por lo que me quedé hasta tarde en el computador poniéndome al tanto de lo que había ocurrido en el mundo durante mi ausencia. A eso de las 3:15 apagué el computador, y al ver que mi hermano estaba viendo la película Titanic, me quedé por uno minutos más. Y ahí, es el instante en que la banda toca sus melodías finales, durante el último minuto del Titanic antes de hundirse en las profundidades, comenzó el sismo. Reaccionamos rápido y no me di cuenta cuando ya estábamos afuera de la casa, solo recuerdo el ruido de vidrios romperse, la casa completa en un crujir profundo, el sonido de la tierra y los muebles cayendo. Todo mezclado en un aterrador y profundo sonido.
Los siguientes días fueron de locos. Noches sin dormir, ayudando sin cesar, experimentando aquellos verdaderos libros de emociones que nos rodearon. Ver aquellos comportamientos que nadie creyó que aflorarían. Saqueos, abusos, desesperación, todo mezclado con un toque de desinformación, esperanza y caos.
Dos semanas después, estando en el patio a medianoche, observaba el cielo estrellado increíble que se erguía sobre nuestras cabezas. Una sensación increíble me recorrió el cuerpo. Sentía que era parte de aquel paisaje imposible, aquel dibujo que nadie puede retratar, algo que podía ver no solo con mis ojos, sino con el alma completa. Al rato escribí unas líneas que comparto con ustedes:
Dos semanas después, las estrellas aún se yerguen sobre las casas y muros caídos. Una estrella fugaz ralla el firmamento puro tal como un artista firma su obra maestra. Pues eso es, una obra maestra, en donde nosotros no somos más que una pincelada, que no tardará en cubrirse, pero que cumplirá con un rol que hará de esta obra una obra completa.
El sismo nos pudo lastimar, herir, pero nos ha abierto los ojos a un mundo nuevo, un mundo que no conocíamos, un mundo donde la gente ha logrado notar el valor de lo inmaterial. Sólo es nuestra elección, si deseamos continuar viviendo en este mundo o volver a aquel que teníamos antes.
Sin dudas que este terremoto ha sido una experiencia enriquecedora, muchos han aprendido a la fuerza aquello que no querían aprender antes. Muchos han notado que este mundo que creemos constante es un constante bombardeo de situaciones que nos mantienen dinámicos, vivos, y en donde lo material no tiene nada de valor por sobre todas las cosas que llevamos en el alma, que llevamos por siempre junto a nosotros.
2 comentarios:
Maestro
Que lindo lo que dices Tobi !
Me gusta como escribes.. y, de cierta forma, reflejas lo que nos sucedió a muchos durante esas primeras semanas.
Lorenna =)
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